1.2.2.2 Urgasson es incapaz de
esquivar el golpe, que le hunde el tabique nasal y le rompe las gafas por el
medio y las deja colgando ridículamente de las orejas. El funcionario se echa
las manos a la cara, pringándose los dedos de sangre.
1.2.2.2.1 ¡Echaré a correr por
ese pasillo de ahí!
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