jueves, 12 de enero de 2012


3.2.3.1.1.1 Gazul bebe su último trago cuando le llega la muerte, ebrio de victoria y confianza en sí mismo. Desenfundas y golpeas con tu cuchillo antes incluso de que pueda apartar la jarra de sus labios, y el acero le atraviesa la garganta traga. Burbujas de aire, cerveza y sangre se mezclan en el corte, que te salpica de rojo. En los ojos del Matador puedes ver la sorpresa, la incredulidad y la ira, y, por último, la vergüenza por perecer así. Intenta pelear hasta el final, echa sus manos hacia tu garganta, pero lo esquivas fácilmente. Luego trata de taponar la herida, pero es imposible de restañar.
Al poco, está muerto, con una última mirada de pesar infinito grabada para siempre en los iris. Aunque según la ley no has cometido ningún crimen al acabar con alguien expulsado de su clan y que buscaba la muerte, ningún enano ve con buenos ojos darle un fin tan cobarde a alguien que buscaba la redención. Los camareros te ignoran y rechazan servirte, los clientes de la taberna te miran en silencio. Al cabo, pagas y abandonas la taberna entre miradas de desprecio.

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