4.1.2 No, por supuesto, para
cabalgar, sino para comer. En ese no me mentían: los enanos que se lo pueden
permitir pagan un buen precio por un solomillo de caballo en su punto, y no
hacen ascos si éste procede de un animal viejo, puesto que aquí se aprecia la
carne sazonada por la edad y hasta parece gustar más si está dura. De lo que no
me hablaron es de las dificultades de traer aquí una veintena de rocines
viejos, a través de tierras que carecen de pastos hasta en los mejores meses
del invierno, y las elevadas tasas que hay que pagar en cada uno de los puntos
fuertes de las montañas… La mitad del ganado había muerto para cuando me
encontré con una banda de ogros tan hambrientos como mis pobres animales. Esos
animales estaban tan ocupados dándose un festín con mis ahorros que ni me
miraron.
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