Un rumor de pasos estremece
los túneles enanos a medida que los soldados del Rey enano marchan a la guerra,
y guiándolos va Svensson de los Aestir. Son soldados duros, profesionales, para
los que combatir grobi no es ninguna novedad, y que sin embargo desprecian a
los Udkamek. Durante los días que permanecen en Borgsburg, haciendo
reconocimientos y librando escaramuzas preliminares con los grobi, devoran
varias reses de vuestros rebaños y se comportan con desconsideración para con
tu hermana y la mujer de Snorri. Pero hacen bien su trabajo: un día, parten
entonando canciones de guerra hacia el lugar en el que han localizado la
guarida de los grobi, y al siguiente traen unas pocas heridas menores, un
muerto y una veintena de cabezas. La indemnización por el muerto os cuesta la
mitad de vuestros rebaños.
Sin embargo, el resto de la
banda se ha dispersado, y cazarla cuesta un mes más. Borin pierde una oreja en
una de las escaramuzas. La situación se eterniza hasta que, en un último gesto
de desprecio, ponen fuego a los bosques para hacer salir a los supervivientes.
Vuestros terrenos de caza y fuente de madera arden, y, cuando Harok quiere
protestar, los martilladores lo golpean de tal manera que nunca recupera el
habla.
Más tarde, los soldados del
Rey enano se marchan, dejándoos sin grobi. Si bien, sustancialmente más pobres
que antes.
FIN
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