1. Esperáis, un día tras otro,
el inevitable ataque. Pero los grobi nunca aparecen. Acaba la estación, y el
otoño se lleva las hojas de los árboles, y luego el valle se cubre de nieve, y
los grobi siguen sin aparecer. Finalmente, en lo más profundo del invierno, la
curiosidad puede a la prudencia, y acompañas a Borin a hacer un reconocimiento
de la cueva donde los vio por primera vez.
Desierta. Vacía. Sólo algunas
pintadas en las paredes y desechos antiguos indican que alguna vez los grobi
han ocupado la caverna.
-Sólo había que esperar, y se
irían-sonríes-. ¡Nunca habría creído que Snorri, guiado por su miedo, acertaría
ciegamente! Creo que es un cobarde por designio de los dioses.
-No cantes victoria tan
temprano, sobrino-te responde Borin-. Los grobi han visto un valle rico y lleno
de caza, con pobladores que no se defienden. Quizá lo hayan abandonado para
siempre… O quizá no. Ahora, siempre volveremos con el temor a su vuelta.
FIN
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