1.3.1.1 Hablando con
prudencia, tampoco las niego. Atjó, atjó. En mis tiempos he visto un par de
cosas raras en las minas orientales, de las que se dice que hay pasajes
malditos. El lugar de la Gran Inundación, donde una veintena de mineros
perdieron la vida al descubrir un acuífero mal detectado. He estado allí y es
cierto que hay una sensación que no lo deja a uno dormir tranquilo. Uno, atjó,
atjó, siente siempre como el hálito de alguien detrás de la nuca. Y pasan cosas
extrañas también. Herramientas que desaparecen o cambian de sitio sin que nadie
las mueva, ver a un compañero y hablar con él y luego descubrir que estaba en
otro lugar… Pesadillas en las que uno ve cosas que ocurren…
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