jueves, 12 de enero de 2012


2.2.1.2 Durante el curso de la siguiente hora, te queda meridianamente claro que tu anfitriona es una mujer de grandes pasiones, y que su matrimonio no la deja ni medianamente satisfecha en lo tocante a darle expresión a todas. Si bien le explicas cómo discurre el Centauro, ella te muestra a su vez cómo se ha de realizar la Carreta, el Pulpo y la Oración de Valaya, conocimientos, seguramente, adquiridos con el concierto de participantes extramatrimoniales. Estáis distraídos repitiendo ésta última cuando la puerta chirría y un enano calvo hace acto de presencia… Con un cuchillo de mesa peligrosamente cerca.

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