2.2.1.2 Durante el curso de la
siguiente hora, te queda meridianamente claro que tu anfitriona es una mujer de
grandes pasiones, y que su matrimonio no la deja ni medianamente satisfecha en
lo tocante a darle expresión a todas. Si bien le explicas cómo discurre el
Centauro, ella te muestra a su vez cómo se ha de realizar la Carreta, el Pulpo
y la Oración de Valaya, conocimientos, seguramente, adquiridos con el concierto
de participantes extramatrimoniales. Estáis distraídos repitiendo ésta última
cuando la puerta chirría y un enano calvo hace acto de presencia… Con un
cuchillo de mesa peligrosamente cerca.
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