Longrim hace acompañar el
grupo de mercenarios por dos enanos, hombres de armas veteranos y gente de su
confianza. Uno de llama Fulgrim; el otro, Thorvald. Ambos son bastardos sin
corazón, que desprecian a los humanos y a los “enanos de las tierras bajas”.
Pero saben hacer su trabajo.
Durante una semana, los
mercenarios combaten sistemáticamente a los grobi entre los bosques de pinos.
No es una batalla definitiva, sino una lucha de guerrillas y de desgaste.
Fulgrim tortura a los prisioneros. Thorvald cuelga sus cabezas en estacas entre
los bosques. Ubican destacamentos para tenderles emboscadas y encajonarles en
el fondo del valle, impidiéndoles cazar. Matan a una res y dejan carroña en el
curso alto de las fuentes cercanas.
Ambos son líderes despiadados,
que usarían a las gentes de Borgsburg y a los humanos como carne de cañón si es
necesario, pero los mantienen vivos porque no lo es y les beneficia la
superioridad numérica. En cambio, no dudan en haceros pasar un infierno,
perpetuamente en campaña. Finalmente, los grobi no resisten y abandonan el
valle por uno de los pasos altos, hostigados en la retaguardia Es una campaña dura y larga, pero casi toda
la gente de Borgburg sale con vida de ella. Tan sólo Snorri y uno de los
mercenarios perecen, el primero de un flechazo y el segundo de pulmonía.
Posteriormente, el tratado se
come toda la fortuna que una vez pudo tener Borgburg. Los intereses crecen y
crecen, hasta que os convertís en prácticamente esclavos de Longrim. Pero al
menos en el valle ya no hay grobi.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario