2. Vagas durante muchas horas
en los túneles, o quizá desde un poco, hasta que la desesperación te invade,
pierdes la noción del tiempo y la facultad de separar sueño y realidad. Caes, o
sueñas que caes, te hundes en la negrura… Al cabo de una de tus pesadillas, no
puedes moverte. Palpas a tu alrededor. Hay rocas, y un abismo por el que has
caído, y una humedad que es tu sangre. Tu rodilla está rota, y también la
lámpara. El dolor, y la oscuridad, y la perpetua oscuridad, imposible de
penetrar por los sentidos… Hasta que, entre la agonía, escuchas los chillidos y
los chasquidos de los seres que vienen hacia ti, desde las profundidades del
mundo… Nunca llegarás a saber si son reales o sólo producto de tu miedo.
FIN
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