jueves, 12 de enero de 2012


2. Vagas durante muchas horas en los túneles, o quizá desde un poco, hasta que la desesperación te invade, pierdes la noción del tiempo y la facultad de separar sueño y realidad. Caes, o sueñas que caes, te hundes en la negrura… Al cabo de una de tus pesadillas, no puedes moverte. Palpas a tu alrededor. Hay rocas, y un abismo por el que has caído, y una humedad que es tu sangre. Tu rodilla está rota, y también la lámpara. El dolor, y la oscuridad, y la perpetua oscuridad, imposible de penetrar por los sentidos… Hasta que, entre la agonía, escuchas los chillidos y los chasquidos de los seres que vienen hacia ti, desde las profundidades del mundo… Nunca llegarás a saber si son reales o sólo producto de tu miedo.
FIN

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