jueves, 12 de enero de 2012


5. Tu padre regresa con Snorri el Joven y su primo Harok hacia media tarde. Los dos enanos se muestran circunspectos: Snorri teme por su familia y su anciano padre, Harok creía haber dejado atrás de una vez las luchas y los peligros. Unos apretones de manos y está todo dicho con ellos. Antes de irte, Snorri te deja en las manos una chaqueta de cuero con tachones, “por tu seguridad” y Harok te planta en la cabeza un yelmo de hierro con múltiples señales de arañazos y abolladuras. Con los trozos de armadura llega también una bolsa de cuero. Como buen enano, por la contextura y el peso conoces que está llena de pepitas de oro y algunas piedras preciosas: quizá toda la riqueza del valle, por si es menester comprar mercenarios.
Pero la mayor sorpresa está por llegar. Cuando se planta junto a ti, con la boca seca. Tu padre te tiende un hacha ligera de hermosa factura, con el mango corto y una hoja que recuerda a una media luna. Pocas veces la has visto, pero la reconoces: es Sketakki, perdición de los skaven, pues con ella el bisabuelo de tu bisabuelo abatió a muchos hombres rata. El tiempo aprieta, queda poco espacio para palabras.

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