jueves, 12 de enero de 2012


1.3 Mi pueblo ha vivido generaciones en una montaña apartado, y sabemos poco del resto del mundo. Hace mucho, tribus guerreras nos expulsaron de nuestro hogar ancestral, hasta una ladera apartada, donde hemos crecido y nos hemos vuelto fuertes devorando y absorbiendo así el poder de criaturas temibles, como el oso, el jabalí o el garrapato. Un día, un dios bajó de los cielos envuelto en llamas, y nos ofrendó un ser como vosotros. Hablando con espíritus sabios, he podido saber que los que os hacéis llamar enanos sois enemigos nuestros y que vivíais al Norte. Nuestros guerreros han sabido de vosotros y ahora quieren devorar vuestros corazones y tomar vuestras armas para así ser más fuertes. Necesitamos quien nos guíe en nuestro propósito. ¿Nos ayudarás? No mientas: en este lugar, sabré si hablas con sinceridad.
1.3.2 No, nunca caeré tan bajo como para traicionar a los míos.

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