2.1.2.1.1 El monstruo tiene
una fuerza sobrenatural en sus apéndices, y te mueve a izquierda y derecha,
desequilibrándote e impidiéndote usar el cuchillo. Forcejeáis durante un rato
que parece interminable, enano contra monstruo, hasta que, al fin, e obliga a
inclinarte hacia delante, hacia los dientes que sobresalen, como colmillos, de
su espalda, y ves con horror que los está desplegando como las garras de un
gato hasta que el monstruo esgrime contra ti dos metros y medio de serrados
colmillos y dagas óseas. Te alza en vilo. Gritas y te mueves, intentando evitar
tu destino, golpeando inútilmente con el cuchillo, que rebota, hasta que lo
pierdes, pero la criatura no tiene piedad. Una vez y otra, clava tu cuerpo en
esas cosas, una vez, diez, veinte, treinta, hasta que dejas de pelear y ves,
por última vez, cómo te lanza contra sus colmillos para empalarte.
FIN
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