2.2.1 Los grobi son criaturas
horribles, a tus ojos. Bajos, delgados y casi desnudos, con los colmillos a la
vista y pieles de tono verdoso. Sus caras están pintadas con muescas azules y
amarillas, y algunos tienen los labios atravesados por astillas de hueso. Pronto
te rodean sus lanzas, y los escuchas parlamentar entre ellos en su idioma
gutural. Uno de ellos, que parece el jefe, un grobi alto que luce un tocado con
plumas de águila, te palpa groseramente y te saca el cuchillo. Lo mira con
curiosidad un momento, tan torpemente que se corta con el filo, y entonces da
un grito y se lo enseña a un grobi viejo, que lo coge, salta sobre sí mismo y
empieza a dar gritos de alegría. La banda de cazadores estalla en una cacofonía
de gritos.
Luego, el alto te hace un
gesto con las manos, bajando la lanza, se da la vuelta y emprende el camino. El
resto de los cazadores te rodean y lo siguen, con las lanzas preparadas y
pinchándote con ellas si te retrasas.
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